miércoles, 23 de noviembre de 2011

Hablamos de SAX I

El Sax, Saxo o Saxofón es un bello instrumento de viento, su creador Antoine Joseph Sax, conocido por Adolphe Sax,  era Clarinerista  y desde muy joven se había dedicado a la fabricación de instrumentos musicales, percibiendo ciertas imperfecciones en su instrumento, decidió buscar la manera de remediarlas creando un instrumento de viento que "por el carácter de su voz pueda aproximarse a los instrumentos de cuerda, pero que tenga más fuerza e intensidad".


Así nace el Saxofón y así es definido por su inventor: "Mejor que cualquier otro instrumento, el saxofón es susceptible de modificar su sonido a fin de poder dar las cualidades que convengan o de poder conservar una igualdad perfecta en toda su extensión. Lo he fabricado -añade el inventor- de cobre y en forma de cono parabólico. El saxofón tiene por embocadura una boquilla de caña simple. La digitación es como la de la flauta y la del clarinete. Por otra parte, se le pueden aplicar todas las digitaciones posibles"

Adolphe, llega a París en 1842 con un prototipo y tras muchos perfeccionamientos, logra patentarlo en 1846. Ya en 1844 Berlioz compuso la primera obra para Sax, estrenada ese mismo año bajo la ejecución de Adolphe. A partir de allí y no sin obstáculos, el interés por el nuevo instrumento fue creciendo y pese a sus detractores, fabricantes e intérpretes, fueron muchos los compositores que crearon obras para el instrumento.

En adelante la historia del Saxo ha sido claro- oscura: "El legítimo mundo de la música fue en diversos grados choqueado, disgustado y ultrajado por esa cacofonía comercial... Para muchos era el propio saxofón y no la manera de tocarlo, el culpable de la ofensa. Los otros instrumentos de las bandas bailables (trompeta, trombón, clarinete, etc.) no sufrieron las mismas críticas, a pesar de que su tratamiento en ellas era tan poco ortodoxo como el del saxofón, debido tal vez a que esos instrumentos tenían una respetable existencia en las orquestas sinfónicas y otras formaciones. El saxofón no tenía antecedentes ‘nobles’ y fue por ello el evidente acusado".


Alrededor de los años 20, la popularidad del Saxofón se fue incrementando y los fabricantes impulsaban sus ventas con anuncios que invitaban a tocar el instrumento como quien se cepilla los dientes (" Si puede silbar una tonada, puede tocar saxofón") sin embargo, pese a este interés público por el Saxo, pocos músicos profesionales del Jazz lo tocaban antes de 1920....

Info: Miguel Villafruela. "El Saxofón, una misada histórica y su presencia en la creación contemporánea de Chile"

jueves, 10 de noviembre de 2011

Arte y Terapia en Zaragoza

La semana pasada tuve la oportunidad de conocer Zaragoza, cuando asistí al II Congreso Nacional de Terapias Artístico Creativas. Este encuentro me hizo reflexionar mucho y me llenó la cabeza de ideas y proyectos. Las terapias creativas, entre las que se cuentan la músico terapia,  teatro terapia, danza terapia, arte terapia y danza movimiento terapia se entienden como la intervención terapéutica utilizando medios artísticos:

"Las terapias artístico-creativas llevan implícitamente una forma diferen-te de concebir la salud y la enfermedad pues parten de una concepción holística del ser humano, más positiva e integral, en línea con la definición de la Organización Mundial de la Salud en la que la enfermedad no es tanto la ausencia de salud sino la dificultad o incapacidad para acceder al propio potencial dentro del contexto concreto en el que vive la persona, asociado a una privación de bienestar físico, mental y social" ( del libro Terapias Artístico Creativas, Amarú Ediciones)

Existe un grupo de profesionales que iniciaron y continúan desde hace mucho tiempo este camino. Psicólogos, terapeutas, bailarines, músicos, directores, actores, unidos en la firme creencia de que el arte es un camino para superar conflictos del ser humano en un amplio espectro, una vía para el desarrollo de la persona sin importar sus limitaciones físicas o intelectuales.

Las terapias artísticas rompen con las barreras de la psicología convencional que plantean un enfoque principalmente orientado hacia la ciencia y la clasificación de enfermedades y discapacidades, dando la mano a la posibilidad real de que cada persona posee dentro de sí misma la clave para su recuperación, haciendo uso de su creatividad para conocerse y expresar aquello que le oprime.

Es un camino que se ha de seguir recorriendo, sin recetas,  pero con la firme convicción de que, como la vida, este camino también se hace al andar....y  personalmente, después de haber conocido el Psicodrama y luego el Teatro terapéutico, puedo decir que he encontrado el mío.

La  posibilidad de ayudar a otros mediante el teatro me supone una satisfacción tremenda, el teatro  me sigue dando, yo no puedo hacer más que retribuirle.




viernes, 26 de agosto de 2011

Proyecto M.I.E.R.D.A



Paola y Juan José

Salón de un apartamento de soltero tipo loft. Cierto desorden y descuido, botellas y latas de cerveza. X está echado boca arriba en la cama con la cabeza colgando hacia el suelo. J fuma un cigarrillo y bebe una cerveza. Otra lata le sirve de cenicero.

X: He estado pensando
J.J: ¿Qué?
X: La mierda debe ser un lugar lleno de gente
J.J: ¿Que quieres decir con eso?
X: Pues sabes, todo el mundo se va a la mierda alguna vez, a veces nos mandan, otras por nosotros mismos. Hay quienes han podido regresar sin embargo otros se han quedado ahí para siempre... ¿Tu has ido?
J.J: A la mierda?
X: Si
J.J: Pues sí. Un par de veces. Pero siempre por cuenta ajena
X: Y Has regresado?
J.J: Pues al menos una vez, pero he pasado mucho tiempo allí. Y tu?
X: Tengo la tendencia de irme a la mierda seguido, creo que le he tomado cariño. Después de todo no esta tan mal. Es un sitio subestimado, como el consultorio del odontólogo. La gente le teme pero es el único lugar donde puedo abrir la boca sin preocuparme de lo que voy a decir.
J.J: Debe ser un alivio en tu caso
X: No te imaginas.
J.J: ¿Que harás hoy?
X: Nada, eso es una de las ventajas de la mierda, no tienes que hacer nada que no te apetezca
J.J: Que suerte
X:¿Y tú?
J.J: Pues iré a recoger mis cosas en casa de Paola
X: ¿Y ella estará?
J.J: Supongo que sí. No me dejaría solo en su casa. Se hará la distraída hará como si lee una revista o ve la tele, hasta llamará a una amiga para irse de fiesta el sábado. Pero me tendrá vigilado, sabrá qué cosas me estoy llevando y que no. Tiene ojos de camaleón, puede verlo todo, se cerciorará de que estoy respetando el acuerdo de separación de bienes materiales.
X: En el que supongo que ella lleva las de ganar
J.J: Ya la conoces. Es abogada. Dice que tengo que indemnizarla por los malos ratos que vivió junto a mí.
X: ¿Y los buenos no cuentan?
J.J: Al parecer esos eran lógicos. Se supone que debíamos ser felices
X: ¿Y ella te ha indemnizado?
J.J: Me ha dado a chipi
X: Al perro! Pero si tu lo odias!!
J.J: Si pero ella cree que lo amo. Además en el fondo ella también lo odia, por eso me lo da.
X: No se para que lo compraron si ninguno de los dos lo quería.
J.J: Presión social. Todas las amigas tenían un perro y ya sabes cómo es Paola. No acepta estar por debajo de su círculo de amistades.
X: ¿Y tu?
J.J: Yo no tuve más remedio que aceptarlo. Al menos era un perro, no un hijo. Es lo que está de moda.
X: Te salvaste de la manutención… Y qué harás con él?
J.J: Quedármelo. Me servirá para ligar en el parque. Has visto la cantidad de mujeres que van a “pasear a sus perros”. Es una excusa, en realidad se están paseando a ellas mismas. ¿No puedo yo hacerlo también?
X: Pues…
J.J:¿ Sabes cuantos parques hay en esta ciudad? Sin contar la playa… las posibilidades son infinitas, puede conocer tantas mujeres como razas hay. Pero tengo que lograr que el perro se acostumbre a llamarse de otra forma, eso de chipi… es horrendo.
X: Puedes llamarle Chip, no se dará cuenta que no dices la i
J.J: Es verdad. Yo había pensado rebautizarlo, pero así será más fácil.
X: ¿Ves? Soy un tipo astuto.
J.J: Pero vives en la mierda
X: Uno se acostumbra a todo.

domingo, 5 de junio de 2011

Cabaret Bolero lo nuevo de Abrapalabra Teatro en Barcelona


Es una propuesta basada en textos del dramaturgo venezolano José Gabriel Nuñez, que reúne a cinco de sus personajes en un espectáculo que habla sobre el amor y el abandono, la locura de la pasión desenfrenada, la soledad… pero también la alegría de amar y ser amado. Todo acompañado por las letras y música de los Boleros que han hecho historia, cantados en directo por los personajes que cuentan la historia de amor que hemos sabido callar. Cabaret Bolero nos invita a recordar que el amor es lo único que importa, que la vida es amar , sentir alegrías y penas… y que hay que celebrarlo.

Cabaret Bolero Cuenta con la actuaciones de Nadeska Abreu, Jessica Casal, Nathalia Paolini, Cristina Fabregat y Lucía Jurjo acompañados de la música de Ner Suarez, Ricardo del Pozo y Alejandro Palomino.


Fotografía: Abraham Sebastia

Diseño Gráfico: Kathy Venegas

Producción: Rafael Alvarez/ Nathalia Paolini

Dirección: Nathalia Paolini


Funciones Viernes 23 hras Cincomonos Espai d´Art


miércoles, 20 de abril de 2011

El Antídoto de la Esperanza



Me decían que eran necesariosunos muertos
para llegar a un mundo donde no se mataría.
A.Camus




El Estado de Sitio (Albert Camus, 1948) es una obra épica, una denuncia hacia el poder absoluto representado por La Peste: todo aquello que es capaz de corromper, destruir, pervertir, anular la voluntad del ser mediante el miedo, la amenaza constante, el sometimiento al autoritarismo, la opresión, la megalomanía de quien se cree todopoderoso y ser supremo entre todos los seres, capaz de decidir quién vive y quién no. Y su Secretaria: una muerte algo cansada de representar un papel estigmático y de seguir siempre atada a un propósito que cumple automáticamente, aunque a veces sea capaz de olvidarlo.

Pero también deja claro la ambivalencia del ser humano ante el poder: lo rechaza cuando es oprimido y se vale de él cuando lo tiene a la mano, enajenándose y actuando de la manera que antes había criticado. Lamentándose de su infortunio cuando se siente sometido y elevando súplicas de ayuda a un imposible, en lugar de luchar por sí mismo ante la injusticia y la tiranía que lo pone de cara al suelo.

Y en medio de toda esta lucha, el amor se presenta como un arma poco efectiva ante las dudas del proceder. Victoria, apasionada, sólo quiere vivir el amor sin importar lo que sucede a su alrededor y Diego se debate entre su amor y su ética, la responsabilidad que siente para con su ciudad y el miedo a morir lo mantienen en vilo. Huye y se enfrenta, se sacrifica y gana, transformándose en un idealista, en una salida que rompe el cerco y transforma el clamor de libertad en una realidad, los vientos soplan a favor y la tiranía al fin cede y se aparta ante el renacimiento de un pueblo unido en su contra, que recuerda la máxima Lutheriana: “Nadie se nos montará encima, sino doblamos la espalda”.

En un mundo como el de hoy (como el de siempre), esta obra mantiene una vigencia ineludible. El acontecer mundial está plagado de tiranos y pueblos oprimidos, decenas de listas y cuadernos con nombres tachados y desparecidos, guerras, muertes inocentes, desastres sociales protagonizados por la anarquía y donde la ley desaparece para dar paso al despotismo.

Los hechos más recientes ocurridos en países del oriente medio donde la peste del poder ha sucumbido - o está por hacerlo- ante la rebelión popular, hace que sea imposible evocar paralelismos e identificar la ficción simbólica de El Estado de Sitio con la realidad palpable y particularmente me lleva a preguntarme sobre el día en que el ser humano sea por fin libre de sí mismo.

La libertad del hombre y la responsabilidad que asume sobre sus actos no terminan de definir un proceder común que sea congruente con la idea de un mundo justo. Considero un tanto inútil seguir planteando hoy en día el mito de una ética universal. Después de dos guerras mundiales, infinidades de revueltas sociales, dictadores opresores, líderes nefastos, democracias carcomidas por la corrupción y un sin fin de desastres provocados por la ambición del poder, me resulta ingenuo continuar filosofando acerca de la moral y el libre albedrío del ser humano.

No quisiera lanzarme a un pesimismo extremo. No niego tampoco la voluntad de bien intrínseca en cada persona, en distinta medida, mientras no es tocada por la peste del poder. Es dicho por un opresor que la mitad de los oprimidos desearían ser opresores y está visto que quienes han escapado de ser infestados por el virus del poder has sido tachados de la lista por una secretaria fiel mucho antes de que pudieran hacer realidad un verdadero cambio de esquemas.

Lo que me ha hecho reflexionar de esta obra es precisamente sobre la posibilidad de cambio. Pertenezco a una generación abrumada por un peso invisible: no ha vivido ninguna guerra, aunque no sobra el dinero no ha pasado demasiada necesidad, siempre ha tenido un techo y un pan que llevar a la boca y sin embargo se encuentra perdida en un mundo que ha convertido en un lamento coral que se hace cada vez más fuerte, y todavía ninguno ha salido a proclamar un camino distinto.

Asociándolo con el punto de vista del autor diría que se trata de una gran mayoría absurda que se lamenta (no tengo trabajo, no tengo dinero, no tengo pareja, no tengo…) sin saber que dentro de todo es afortunada en el hecho mismo de lamentarse, de poder lamentarse y que darse cuenta de ello es la mejor manera de encontrar la salida a sus temores.

Sin embargo no sucede, porque cada uno permanece en su estado de sitio particular, incapaz de levantar la cabeza y ver que a su lado está otra persona y otra y otra…que juntos quizá sea más fácil acabar con la pasividad que constituye su principal opresor. Opino y mantengo que el sentido comunitario se ha perdido y que estamos en el mundo del “sálvese quien pueda”.

Lo interesante es que todavía hay quienes quieren salvarse tomando la misma dirección, y eso, de alguna manera, constituye una esperanza.

domingo, 10 de abril de 2011

WAGNER al final del mundo….


"Si el hombre en la vida rinde homenaje al principio de belleza, si se regocija de esta belleza manifestada por su cuerpo, el sujeto y la materia artística de la reproducción de dicha belleza son el hombre mismo, viviente y perfecto. Su obra de arte es el Drama y la redención de la plástica es precisamente el desembrujamiento de la piedra, el retorno al hombre de carne y hueso, el paso de la inmovilidad al movimiento, de lo monumental a lo actual".
R. Wagner



No sé cómo empezar una reflexión acerca de Wagner y la obra de arte total desde el punto de vista intelectual. Sobre todo porque hasta ahora mi conocimiento sobre la obra de Wagner se remitía a conocer someramente algunas de sus obras más famosas, más por la música que por su significado, y porque me parece que volver a intelectualizar en el tema es como llover sobre mojado, desde mi humilde posición no me veo en condiciones de aportar nada nuevo y corro el riesgo de cometer una barbaridad ante la sapiencia de los entendidos en el tema.
Así que, procediendo con toda la honestidad que me es posible y valiéndome del recurso que me siempre me ayuda a concatenar mis dispersos pensamientos, me he propuesto a escribir estas líneas como una reflexión provocada por el espíritu wagneriano y sus implicaciones en este innombrable S. XXI, a riesgo de parecer salpicada por un pesimismo Schopenhauer-iano
Al encontrarme ahora de manera un poco más profunda con su propuesta de “Obra de Arte Total” en la que prevalece el ideal del arte como transformador del hombre y del mundo, me hace pensar en la verdadera utilidad del arte hoy por hoy, en un mundo donde importan más las posesiones y las personas se alejan cada vez más de la belleza sublime para refugiarse en una belleza pre fabricada y banal. ¿A quién puede interesarle lo que hagamos las personas dedicadas al arte, cuando aparentemente la necesidad de supervivencia económica es potencialmente mayor? Cubrir las necesidades básicas y ocupar el poco tiempo restante en nada, pasar unas horas frente a la T.V, salir a tomarse unas copas y desgastar las pocas energías que quedan en un bar o una disco, dormir la resaca y volver a trabajar al inicio de la semana. En esto se ha convertido la vida de una mayoría considerable de ciudadanos alrededor del mundo. ¿Y el arte?, ¿qué lugar ocupa?
El arte, como un ente transformador de la cultura, como la máxima interpretación de la belleza ha tenido que sucumbir en no contadas ocasiones a los nada exigentes gustos del hombre actual. El arte, como lo planteaba Wagner, hecho para “elevar a las personas” ha quedado hundido en el ego grandilocuente de “creadores” cuya más alta meta es ser reconocidos y aplaudidos por “su” obra, dejando atrás la concepción de arte como comunión de los sentidos y de los hombres en el disfrute, regocijo y celebración de la belleza. El sentido comunitario del drama propuesto por Wagner, el confluir de las artes para lograr influir sobre la humanidad, cambiar al mundo, sensibilizar a cada ser humano, sigue siendo una utopía un tanto ingenua. El individualismo es la doctrina que hoy lleva la delantera, pisando lo más alto para salvar la cabeza en palabras de Aute, la supervivencia del más apto a la manera de Darwin.
El espíritu romántico con un toque adolescente de tratar de cambiar al mundo encuentra poco eco en nuestra realidad, infestada e infectada de hiperinformación y consumo y el arte lamentablemente escapa en pocas ocasiones, o quizá, por ser excepciones la repercusión no es tan notable y terminan arrinconadas entre tanto cartel luminoso y vacío.
Sin embargo, para aquellos que seguimos creyendo en una luz al final del túnel, que conservamos secretamente la esperanza de que el arte constituya el arma más fuerte, aquellos capaces de emocionarnos idiotamente como Cortázar ante los destellos de belleza que podemos encontrar en lo que vemos, aquellos que soñamos con la posibilidad de brindar un pequeño refugio entre tanta guerra, los que desde nuestras posibilidades seguimos trabajando desinteresadamente y nos conformamos con modificar a un solo espectador, encontraremos siempre en el genio de Wagner un impulso para no decaer. Si algo puedo rescatar de lo que he conocido sobre su vida es que para ser un gran hombre no hace falta ser perfecto, sino soñar con la perfección de un mundo que parece estar llegando a su final.

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