martes, 20 de enero de 2015

Oh! Los castings!


Como quizá sabes, en el mundo de la actuación existe algo que se llama Casting, es decir, pruebas y pruebas ante cámaras y personas para optar por un personaje, ya sea una obra de teatro, una película, una serie de tv, o lo más común y movido a diario, publicidad.

Desde hace tiempo que vengo haciendo casting, aunque en España, estoy retomando ésta práctica después de haber pasado tres años inutilizada para hacerlo, mejor dicho, para trabajar en caso de ser seleccionada (la particular vida de una inmigrante, pero eso es otra historia). En fin, que como llevaba un tiempo sin asistir a éstos "encuentros" me había olvidado un poco de la fauna y la flora que solemos encontrar.

Los colegas de profesión ya saben a qué me refiero. Los que no, pues se los explico: resulta que en un espacio reducido, se encuentran al azar unas 30 personas, en los casos más amables ( la verdad es que dependiendo del casting, pueden haber hasta más de cien) todas ellas (nosotras) con la esperanza de ser elegid@s para el trabajo.

Si, como una entrevista de las normales, sólo que en los casting, si "quedas" el trabajo dura un día (en publicidad) y un poco más para series, pelis, etc. siempre dependiendo del personaje, apariciones, llamados. etc. O sea, que si tuviste la suerte de hacer el trabajo, pues te alegras y lo haces, e inmediatamente vuelves a formar parte del montón. Puede que tengas una buena racha y consigas muchos trabajos en publi o uno duradero en cine o tele, sin embargo, apenas termine, toca empezar de nuevo.

Bueno, a lo que iba. Nos encontramos en un espacio cerrado todos los aspirantes, casi todos en la misma situación, que se conoce por frases como " si bueno estoy en varios proyectos", " esperando respuesta", " estreno en mayo"... etc. Es decir, todo el mundo anda en mil cosas, pero todo el mundo está en el casting, con lo cual, todos los demás proyectos forman parte de las miles de posibilidades que nos inventamos para no sucumbir al hoyo negro de la desesperación. Ésta especie, en la que me incluyo, somos como pulpos que intentamos coger algo que nos proporcione los recursos para costear el día a día. Somos la especie más común, aunque muchos no lo reconozcan.

Y aquí surge otra especie, la gente que está la mar de bien, que (dice) no necesita el trabajo pero que viene para "entrenarse" para "no perder la práctica" con lo cual le da igual (dice) quedar o no quedar, especialmente cuando el producto/ personaje, no es de su total agrado, con lo cual "si no me llaman mejor", entonces pregunto YO: ¿que hace entonces en ese lugar, esperando por horas?, ¿no tiene nada mejor que hacer? ¿un curso?, ¿leer un libro?, ¿dormir?, ¿ir la gimnasio?. Porqué razón viene a ocupar un lugar en un sitio donde no le interesa (dice) estar? Ésta especie son como esas aves que roban los nidos de otros, porque no les preocupa (dicen) no tener uno propio.

Una tercera especie, en la que también me incluyo, es la que casi nunca decimos ni mu. Nos concentramos en un libro ( que para mí es la mejor manera de hacer que la espera no te desespere) o para los menos literatos ( o porque el libro se quedó sobre la mesa) en el móvil, que tan divertido resulta cuando no hay nada más interesante que hacer. Si conocemos a alguien, hablamos, siempre que el/la conocida en cuestión valga el gasto de energía, si no, pues nada. ¿me preguntas? te contesto, ¿oigo algo gracioso?, puede que me ría. De lo contrario, ni mu. Ésta especie es como un camaleón, se mimetiza con el ambiente y sólo la ves si ella quiere. A veces es la mejor manera de entrar en la jungla.

Luego están los infaltables pavos reales, que vienen a lucir su plumaje, a ser admirados y elogiados. Esos parece que sólo van a los casting para ver lo que sucede, dejarse ver y que por supuesto le digan lo bien que se ve.

Y por supuesto, los intensos, que se la pasan todo el rato hablando de la construcción del personaje, o haciendo caras y expresiones, ya sea que el personaje sea un asesino en serie o un tipo que sufre de hemorroides. Todo ha de tener una justificación y un porqué. Éstos al menos son divertidos... hasta que dejan de serlo después de dos horas y lo que provoca es asesinarlo o darle una razón para que se queje de las hemorroides con veracidad.

Sin embargo, lo que todas las especies tienen en común es la valentía, la paciencia y la perseverancia. Lo que todas las especies queremos es poder trabajar en lo que amamos hacer.

 Y es que, en un país en crisis (dicen) con desempleo, medidas económicas, un IVA cultural imposible,  etc. los actores seguimos apostando, soñando y creyendo que es posible, aunque un día comamos faisán, y al siguiente, nos comamos las plumas.



N.P

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