jueves, 7 de noviembre de 2013

Lo que llega a mis manos...

Me encanta que cuando estoy creando, lleguen a mis manos pedacitos de cosas que dicen mucho sobre lo que estoy haciendo en ese momento, que se van sumando e inspirando -me. Son como un guiño inesperado del universo, como para decirte "vas bien" ¿ inconsciente colectivo?, ¿serendipia?, oh, que será que será...

Lo cierto es que ahora, remontando mi texto Necro-lógica, ha llegado a mis manos este hermoso poema de Julia de Burgos, de la mano de la madre de una de mis mejores amigas de la universidad, que están pasando unos días en casa. Se llama "Dadme mi número" y es un reflejo muy nítido del personaje femenino de la obra (puedes descargar el texto  aquí) de sus pensamientos, de su grito desesperado.

Aquí lo dejo: 

Dadme mi número

 ¿Qué es lo que esperan? ¿No me llaman? 
¿Me han olvidado entre las yerbas, 
mis camaradas más sencillos, 
todos los muertos de la tierra? 

¿Por qué no suenan sus campanas? 
Ya para el salto estoy dispuesta. 
¿Acaso quieren más cadáveres 
de sueños muertos de inocencia? 

¿Acaso quieren más escombros 
de más goteadas primaveras, 
más ojos secos en las nubes, 
más rostro herido en las tormentas? 

¿Quieren el féretro del viento 
agazapado entre mis greñas? 
¿Quieren el ansia del arroyo, 
muerta en mi muerte de poeta? 

¿Quieren el sol desmantelado, 
ya consumido en mis arterias? 
¿Quieren la sombra de mi sombra, 
donde no quede ni una estrella? 

Casi no puedo con el mundo 
que azota entero mi conciencia? 

¡Dádme mi número! No quiero 
que hasta el amor se me desprenda? 
(Unido sueño que me sigue 
como a mis pasos va la huella.) 

¡Dádme mi número, porque si no, 
me moriré después de muerta!

La Muerte y la Doncella, Marianne Stokes (c. 1900)





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